Brindando a la distancia

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Llevamos un poco más de 10 días aplicando distanciamiento social. En la oficina, hoy cumplimos la semana de haber implementado home office completo.

Tengo la suerte y orgullo de liderar a un equipo de siete talentosos compañeros y compañeras, actualmente residiendo en dos ciudades distintas. Coordinar acciones a distancia no es algo nuevo para nosotros e incluso contamos con esquemas de flex time y home office que desde hace ya bastante tiempo nos permiten en caso de requerirlo, tomar un día de la semana cada uno para trabajar desde casa. Sin embargo, ESTE home office es considerablemente distinto por múltiples razones, las más significativas de ellas siendo:

  • TODOS estamos en Home Office (en lugar de una persona a la vez)
  • Los niveles de estrés alrededor de la pandemia y la carga adicionada de trabajo suma al reto.
  • Estamos en Home Office al mismo tiempo que nuestras parejas e hijos, lo que significa mayor cantidad de distractores y necesidad de compartir los recursos (entre ellos la preciada velocidad del wifi)

Mi equipo de MKT y Diseño en esta primer semana en que se está adaptando a esta nueva realidad del trabajo 100% remoto, también se enfrentó a varios bomberazos, relacionados con la necesidad de generar materiales de urgencia para nuestros clientes. Enfrentamos la curva del cambio al mismo tiempo que una serie de necesidades inminentes. Dormimos poco y entregamos mucho. Como lo comentó una las personas del equipo, “es probablemente la semana que más horas he trabajado”.

Quienes me conocen, saben que el tema de liderazgo me apasiona y entienden que disfruto mucho de entusiasmar a mi gente y conectar en persona. Mucho de mi estilo de liderazgo tiene que ver con ESTAR. Siempre busco que en mis equipos existan flujos de comunicación abierta y que podamos motivarnos los unos a los otros, trabajando en conjunto para lograr nuestros objetivos. Me gusta que mi equipo sepa que pueden apoyarse conmigo. Me importa que mis compañeros cuenten con el tiempo y los recursos necesarios para hacer su trabajo de la mejor manera, incluyendo el importante recurso del tiempo y su balance de vida (el burnout es un obstáculo para la productividad, no una medalla a la dedicación). Esta semana, trabajando a distacia, TODAS estas condiciones de trabajo que busco garantizar, se vieron amenazadas por las dificultades que tiene lograr conexiones significativas a través de comunicaciones vía email, textos y voice notes de Whatsapp, especialmente en una época de alta ansiedad y constantes cambios de señal.

Anoche trataba de dormirme pero esta situación me tenía intranquilo. Además, me preocupaba saber cómo estaba cada uno de los miembros de mi equipo. Me interesaba saber cómo estaban lidiando con la incertidumbre, con sus preocupaciones y con sus obstáculos personales y profesionales. Sin otro afán que el deseo de que esto le sirva a alguien más, quisiera platicarles brevemente de lo que hice para atender esta intranquilidad.

A la 1:30 de la mañana, como última cosa que hacer antes de irme a dormir y porque en ese momento se me ocurrió, envié un Meeting Request a todo mi equipo. El subject decía “Brindis Semana 1”, el cuerpo del mensaje incluía una liga de Microsoft Teams para videoconferencia y en la descripción los invité a que antes de unirse a la sesión, se sirvieran su trago de elección. No había agenda, objetivo planteado, pre-reads ni talking points.

A raíz del home office incrementamos la frecuencia de nuestras juntas de gestión para estar más al tanto y mejor coordinados entre todos, pero esta sería una sesión completamente distinta…

Dio la hora de la reunión el día de hoy y todos nos conectamos a la plataforma. Les pedí que encendieran sus cámaras, lo cual despertó algo de nerviosismo ante algunos de los compañeros que desde su casa no habían sentido la necesidad de peinarse previo a la junta… pero era importante que no sólo nos escucháramos sino que pudieramos VERNOS. Es sumamente dificil hacer vínculos emocionales y conectar con una foto de perfil en una ventana de videoconferencia.

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Durante casi una hora, estuvimos platicando sin una agenda formal de trabajo, tareas, deadlines y responsabilidades. El menú de bebidas incluyó un amplio panorama que incluyó vasos de agua, limonadas con whiskey, cervezas, refrescos y tequila (no todo el equipo comparte mi gusto por los brebajes etílicos). En este espacio hablamos de cómo nos sentíamos trabajando a distancia, reflexionamos sobre la suerte de poder estar laborando de esta manera porque nuestras funciones nos lo permiten, nos preguntamos respecto a familiares y amigos, nos deseamos salud y bienestar, compartimos buenas noticias y planes para seguir aportando valor desde nuestra trinchera al negocio. Nuestras conversaciones parecían más un catch up entre amigos que una sesión laboral entre colegas.

Yo me conecté desde el cuarto de mi hijo, que ahora durante el día se transforma en mi oficina y espacio de concentración. Una compañera pudo conectarse desde su sala/comedor y tuvimos el gusto de ver a su abuela pasar en medio de la reunión. Contamos con la presencia de una colega que está en su maternity leave, pero que quiso conectarse para saludar a todos. Vinieron un par de mascotas a regalarnos sonrisas y pasé el reporte de la salud de nuestra colección de cactáceas de la oficina, que temporalmente están viviendo conmigo ya que si las hubiéramos dejado en la oficina, seguramente no sobrevivirían a la pandemia.

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Terminamos la sesión brindando por la salud de cada uno de nosotros, por nuestra resiliencia, nuestras capacidades y ánimos reafirmados. Ese Don Julio 70 nunca había bajado con tanta facilidad… Cerré la semana con la tranquilidad de haber dado algunas palabras de aliento al equipo, de haber podido, aunque fuera a través de una plataforma tecnológica, ESTAR ahí para ellos. Pude agradecerles por sus esfuerzos y contagiarme de su entusiasmo, que después de una semana sumamente demandante, también necesitaba del boost que recibió a través de nuestro intercambio.

Me siento mucho mejor que lo que me sentía anoche.

La invitación a los líderes de equipo es entonces, a que además de asumir el reto de asegurar la productividad mientras implementan las políticas y acciones que hayan definido para hacer frente a la pandemia, no olviden atender el factor humano y encontrar otras formas de seguir alimentando la convivencia. Recordemos que nuestros equipos están lidiando con condiciones nuevas… van a estar intranquilos. Van a tener dudas, incomodidades y dolencias. Van a extrañar su ambiente de trabajo y sus rutinas y van a necesitar atender esto. No todo es seguimiento a tareas y KPIs. Un equipo desmotivado, golpeado anímicamente o sin visión y guía, no puede operar (ni a distancia ni presencialmente). Ante las presiones que enfrentamos en tiempos retadores, es muy fácil poner en segundo plano el factor humano y el importante rol de ESTAR para ellos.

El ciberbrindis ya está en agenda para repetirse el próximo viernes y se sumará a nuestros touchpoints como equipo, así tal cual lo tuvimos hoy: sin agenda, sin lista de tareas a revisar ni resultados a evaluar. Simplemente para estar… y creo que se quedará incluso después de que hayamos superado la contingencia de Covid-19. Si ustedes no han considerado aún este tipo de touchpoints, los invito a hacerlo. Créanme, que aunque parezca un acto insignificante, vale la pena y hace una diferencia.

Gracias por leerme y espero estas líneas les hayan sido de provecho.

Arjan

P.S. En caso de que alguien de mi equipo lea esto, aprovecho para reiterarles mi agradecimiento por el esfuerzo extra para adaptarse a esta nueva realidad al tiempo que mantenemos nuestros niveles de servicio y calidad de nuestros entregables. ¡Siguen siendo unos chingones!

2,190 y contando…

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Calma, cordura, inteligencia, compromiso y muchos huevos.

Este país nos necesita y nos va a necesitar. La esperanza mesiánica irracional de las masas en muy poco tiempo se desinfla y se vuelve desilusión (los ejemplos de esto son demasiados, en México, en LATAM y en el mundo)… entendamos qué y quiénes somos los responsables de haber desilusionado tanto al país, que el mismo fuera vulnerable a otra venta de espejitos más. Entendamos las razones y ataquémoslas. Si no lo hacemos, Cuauhtémoc Blanco en 6 años…

Recordemos que cuando llegue el momento en que la burbujita truene (y va a llegar), muchas y muchos van a necesitar que los apoyemos en su regreso a la realidad. Como nos ha pasado en tantos otros momentos, nos vamos a tener que tender la mano, a apoyar, a darnos un abrazo y decir “sigamos adelante”.

En México hay MUCHO talento, mucho ingenio, mucha inventiva, mucho emprendimiento, mucha capacidad. México ha avanzado a pesar de sus gobernantes y lo seguirá haciendo si queremos que así sea y nos comprometemos con encontrar las formar de construir. Ningún Mesías falso lo va a hacer por nosotros.

Tienes derecho de encabronarte, de lamentarte, de seguir sintiendo ese malestar en la boca de tu estómago, porque te preocupa tu país, tu estado, tu ciudad, tu comunidad y tu familia… y sí, la incertidumbre está cabrona y no quiero ni pensar en lo que le va a pasar al peso mexicano en el corto plazo…

Pero quienes tenemos el privilegio de haber tenido acceso a una educación universitaria, quienes tenemos la capacidad analítica para tener prospectiva, quienes tenemos la mínima solvencia económica de no caer en la venta rapaz de un populismo que es la única luz de esperanza que les han dejado a las clases bajas de este país, NO TENEMOS DERECHO a claudicar. Y esto no lo dice un personaje imaginario en una bicicleta, lo dice un mexicano de verdad que quiere a su país y quiere verlo mejor.

Un presidente y su retórica no tienen derecho a robarte de tus ideas, de tus proyectos, de todos los planes que has diseñado y que estás ejecutando para seguir adelante. ¿Acaso te detuvo Peña? ¿Calderón? ¿Fox? ¿Salinas? Los obstáculos solo son diferentes… que bueno que tenemos la capacidad de adaptarnos y la seguiremos teniendo. Y seguiremos progresando a pesar de los gobernantes… a lo mucho, esto nos exige ser más creativos. Y si tenemos suerte, igual y este loco y su equipo hasta contribuyen en algo, pero no nos quedemos sentados esperando que así sea. No veo que tengamos razón para hacerlo y no la tendríamos si hoy estuviéramos viendo a Meade o a Anaya diciendo “Me canso, ganso”…

Calma, cordura, inteligencia, compromiso y muchos huevos.

2,190 y contando.

¡Ánimo!